Una correcta
aplicación de las medidas de prevención y mitigación requiere absoluta decisión
política y empresarial, que brinde el apoyo en el ámbito de la planificación
para atender situaciones de emergencia. Por tanto, no se podrán reducir los
efectos de una amenaza sin la asignación de recursos. Debe tenerse en cuenta
que con una asignación modesta, pero continua, es factible obtener grandes
resultados.
La determinación de las medidas de mitigación, tras una estimación de la vulnerabilidad, permite programar las acciones previas para reducir los efectos de la amenaza sobre el sistema. Basándose en dichas medidas se formulan las operaciones de emergencia, la realización de convenios y acuerdos con otras instituciones, la preparación de cursos de capacitación, la asignación de recursos materiales y la identificación de proyectos de reforzamiento de los componentes del sistema.